La venganza del hierro: Parte 2 [sesión cero]
Crear el personaje (2)...
Eres un niño. Juegas entre los humedales de manera inocente. Hoy para ti es como cualquier otro día, estás con niñas y niños de la villa de Brackwater. Corres sin ver atrás, porque sabes que nada malo ocurre en tu comunidad.
Flooded lands es un lugar particular. Sobre todo para aquellos que llegan al lugar. Su olor fétido y el paisaje moribundo, donde hasta los árboles son fantasmas de lo que fueron algún día lo caracteriza. Hay una neblina permanente que arropa estas tierras, dejándolas con ese velo de soledad y olvido.
Sus habitantes son los menos. Es un grupo poco numeroso de familias que colonizaron estas insalubres tierras, en las cuales construyeron su hogar sobre grandes humedales. Las casas hechas rudimentariamente se sostienen en lo alto por enormes troncos que sostienen las naves interiores de sus hogares.
Un sórdido lugar, que se esconde a sí mismo de la mirada de los extraños. Sin embargo, aquel día no fue como cualquier otro. Mientras te alejabas corriendo en compañía de otros amigos, lograste escuchar el estruendo de un cuerno siendo tocado a lo lejos. Ese ruido no lo olvidarás nunca porque luego de unos escasos segundos de silencio, se desató el infierno.
Te detienes de la carrera y miras detrás. Ves fuego, escuchas gritos, tu corazón se acelera pero tu miedo es inmenso. El aire te falta. Las piernas te flaquean. ¿Es todo una pesadilla? Todo queda en negro. Caes... Los ruidos desaparecen... Ahora tu corazón late... Fuerte... Como pisadas profundas... Una tras otra y luego se ahogan en silencio... Te escuchas... Respiras... Escuchas un ruido lejano... Un murmullo... ¿Es tu madre? ¿Te habla tu madre? Entonces el murmullo se vuelve un aullido y de ese aullido escuchas tu nombre: «¡Hirsham...! ¡Hirsham...». Abres los ojos. Estás boca arriba. Nunca habías visto una luna más oscura como la de esa noche. Te incorporas del piso y miras alrededor tuyo. Ves a otros infantes tirados. Algunos de ellos bañados en sangre, otros en lodo.
Entonces, comienzas a correr. Corres como nunca, vas hacia tu hogar. Tu casa. «Tus padres», piensas. Luego de unos cientos de metros llegas a la villa, o lo que queda de ella. Llanto. Lamentaciones. Brazos, piernas, trozos de cuerpo. Humo. Es una escena desgarradora. Mientras avanzas descubres la maldad en su máxima expresión. Es muy surrealista.
De pronto, al fondo de la calle está tu casa. Las lágrimas se desbordan en tu rostro y la lluvia se hace presente de manera fatídica. Corres hacia los pies de tu padre e intentas alzarlo, él cuelga de la entrada de tu casa sin zapatos. Sientes su cuerpo frío y tieso. Aunque tu corazón se vence por el dolor, tu mente se torna fría y serena. Escuchas un sollozo de esperanza. Lo sigues. Tu madre está semidesnuda, tirada dentro de lo que queda de la casa, con la mitad de la cara quemada. Te acercas a ella. La observas con ternura.
Sientes dentro de ti un inmenso odio, coraje, llanto… todo mezclado. Tapas a tu madre y la miras a los ojos… tomas el regalo de tu padre entre tus manos, un collar que te dió para el aniversario de tu nacimiento con una espada pequeña hecha de hierro puro colgando sobre tu pecho. Suspiras y dices: Juro que vengaré lo que les hicieron, madre mía. ¡Lo juró por el hierro...!
Quedó genial. Con este trasfondo logramos establecer el voto de hierro más importante. Como es el primero no es necesario hacer el movimiento Jurar un voto de hierro. Lo que si tengo que determinar es el nivel de peligrosidad requerido para cumplir dicho voto, pienso que no es algo simple de conseguir el vengar el mal producido por alguien que es desconocido para todos en el mundo de Hirsham, pero tampoco es algo imposible. Me parece que el nivel Extremo es el más adecuado en este momento.
Actualizó mi hoja de personaje:
Etiquetas: ironsworn, La venganza del hierro, Reporte de juego
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